La comunidad de la Universidad Autónoma de Sinaloa, ha retomado su dinamismo: inició el ciclo escolar 2013-2014.

Las autoridades de la administración central y de las unidades académicas, asumen con voluntad, responsabilidad, compromiso y sensibilidad social, el rol que les corresponde para que la UAS consolide su deber ser.

Preparar de manera integral a miles de jóvenes para la vida y el trabajo, es un reto que enaltece, y debe reconocérsele, al personal docentes y administrativo, así como a las autoridades de la máxima casa de estudios sinaloense.

Empero, debe quedar claro que contribuir a la integración de una sociedad más armónica y también a que Sinaloa tenga una economía más competitiva –como planteó el Rector Juan Eulogio Guerra Liera, al inaugurar el ciclo escolar- no es tarea menor ni exclusiva de la institución.

El inicio de cada ciclo escolar, evidencia una especie de “círculo vicioso”: incremento de jóvenes que legítimamente desean seguir estudiando-falta de recursos de la institución educativa para atenderlos-inequidad y falta de voluntad política de gobernantes y legisladores en el financiamiento a la educación superior.

Una y otra vez se pondera en el discurso oficial la trascendencia de la educación para el desarrollo del país y, en consecuencia, en la mejoría de la calidad de vida de las familias; sin embargo, en los hechos, esa postura no se refleja porque el proceso de enseñanza-aprendizaje tiene severas restricciones financieras.

Es curioso, y más que curioso sospechoso, que ciclo tras ciclo escolar la UAS sea blanco de toda la presión social que genera el anhelo de miles de familias para que sus hijos tengan un lugar en las aulas universitarias, y por otra parte se omita la exigencia a los gobernantes y legisladores de corresponsabilidad en la atención y solución de la parte que les toca.

Preguntémonos, a manera de ejemplo: ¿por qué la sociedad en general, o los medios de comunicación en particular, focalizan demandas y señalamientos, respectivamente, en la UAS?

El Rector Juan Eulogio Guerra Liera, han planteado puntualmente que la UAS asume el crecimiento con responsabilidad y aportando lo que le corresponde, sin perder la perspectiva de calidad en la formación integral de los alumnos.

Para que la UAS cumpla y consolide su deber ser, sustentado en la calidad de sus programas educativos, requiere del acompañamiento responsable, comprometido y equitativo de las autoridades competentes en la otorgación del financiamiento.

La comunidad universitaria no reclama más allá de lo que merece, sólo lo justo con base en los resultados de calidad obtenidos y que la ubican en el quinto lugar nacional, de acuerdo a los parámetros del Consorcio de Universidad Públicas e Instituciones Afines (CUPIA).

Ojalá que el renovado dinamismo de la comunidad universitaria en el inicio de ciclo escolar 2013-2014, se vea recompensado con el respaldo gubernamental y legislativo para que la institución reciba el financiamiento necesario a fin de atender con mejores condiciones a miles de jóvenes que, inexorablemente, serán quienes asuman en el corto, mediano y largo plazo la luchar por un mejor Sinaloa.

La UAS inicia el ciclo escolar 2013-2014 con una matrícula global de 138 mil 615 estudiantes.

Su política de puertas abiertas se mantiene inalterable, al igual que las cuotas de inscripción.

Las autoridades universitarias están en permanente gestión ante las instancias estatales y federales competentes, buscando que en este año haya avances sustantivos en la consolidación económica del presupuesto para resolver los problemas estructurales, y que en los próximos ciclos escolares mejoren condiciones a fin de ampliar la capacidad de respuesta a quienes buscan un lugar en la institución.

Orientar hacia el terreno de lo político la situación de la UAS obedece, precisamente, a los intereses de quienes han hecho de la política su modus operandi y su modus vivendi.

Por Juan Manuel Pineda.