Hasta el final –dicen que más vale tarde que nunca- los integrantes de la sexagésima legislatura del Congreso del Estado, tuvieron un rasgo de sensibilidad, de calidad humana, al aprobar una pensión decorosa, nunca suficiente, para el menor Luis Alfonso Castillo Amezcua, quien junto con otros menores fue baleado por policías ministeriales del Grupo Elite, en julio del 2012, en una de las calles de Bamoa Pueblo, Guasave.

De los heridos, Luis Alfonso fue el que presentó lesiones de mayor gravedad. A la fecha ha requerido diversas intervenciones quirúrgicas, pero lamentablemente sus posibilidades de movilización dependerán, de por vida, de una silla de ruedas.

Desde luego que ningún apoyo, pensión, ayuda económica o como le quieran llamar, será suficiente para resarcir el daño físico y mental causado por ese grupo de policías ministeriales.

Después de muchas expresiones solidarias, que se convirtieron en una importante presión social, el Gobernador, Mario López Valdez, se comprometió a brindarle apoyo.

Aunque, la verdad, se vio mal proponiendo al Congreso del Estado la aprobación de una ayuda económica por poco más de diez mil pesos mensuales.

Los diputados le compusieron la plana y ayer, en la última sesión ordinaria de la 60 legislatura, aprobaron por unanimidad y con fundamento en la Ley General de Víctimas, la cantidad de 20 mil pesos mensuales de por vida para Luis Alfonso, quien ahora tiene 14 años de edad.

Lo aprobado equivale a 326 salarios mínimos. A esos 20 mil pesos, se adicionará la cifra oficial de inflación que difunda el INEGI.

Lo aprobado por los diputados incluye garantizar servicios de salud y educación en instituciones públicas.

La atención médica será permanente y de carácter integral, desde la mínima atención hasta la más especializada.

Luis Alfonso, deberá recibir todos estos apoyos en un plazo no mayor de treinta días a partir de la publicación del acuerdo en el periódico oficial El Estado de Sinaloa.

A los diputados y diputadas de esta legislatura se les pueda señalar por muchas cosas inadmisibles, pero esta decisión a favor de un menor cuya vida ha sido duramente golpeada por la irresponsabilidad de unos cuantos, en buena medida los reivindica socialmente.

Por Juan Manuel Pineda.