Es inadmisible que quienes fueron electos para representar los intereses de la ciudadanía, asuman ahora una actitud autoritaria con un sector de ésta.

Los integrantes de la sexagésima legislatura local –con sus honrosas excepciones-, pasarán a la historia no sólo por su ineficacia e ineficiencia legislativa, su irresponsabilidad en el trabajo, la falta de compromiso con su deber ser, la falta de vocación para el servicio público y nula voluntad política, sino también por violentar las leyes que juraron, en su momento, respetarían y harían respetar.

Hicieron y deshicieron a su antojo, omitiendo el interés de quienes les dieron el aval para que teóricamente los representen, y se despiden enseñando el cobre: con la grosería, propia de patanes, de dejar literalmente en la calle a un grupo de profesores jubilados cuyo pecado es luchar por mejores prestaciones,

El argumento expuesto por la diputada del PAN, Artemisa García Valle, a nombre de todos sus compañeros y compañeras, fue por demás infantil: no dejaron entrar a los maestros porque temieron por la “integridad física” de los legisladores.

¿Qué no son públicas las sesiones ordinarias del Congreso del Estado?

¿Por qué los diputados prolongan la iniciativa para la homologación de los aguinaldos, a 65 días, de los profesores jubilados?

Los manifestantes decidieron realizar un plantón permanente afuera del Congreso del Estado, y por la noche, desde el anonimato, fueron agredidos con balas de goma.

¿Ese es el camino?

 Por Juan Manuel Pineda.