Comentario

Para el gran Armando Maradona, un rebelde siempre

Jorge Meléndez Preciado

 

            Ciudad de México. 28 de noviembre de 2020.- Nuestra costosa y endeble democracia cuesta mucho, da poco resultados y mantiene a una cantidad inmensa de vividores.

            Las próximas elecciones de julio 2021, serán las más grandes por el número de puestos a ocupar: 15 gubernaturas, 500 diputaciones y más de 2 mil puestos en los municipios. Una renovación que podría ser el momento para revalidar posiciones, cambiar a quienes prometieron y no cumplieron y la posibilidad de grandes alianzas para avanzar en algunas cuestiones sustanciales para la nación.

Nada de esos será posible. Más bien vamos a enfrentarnos a votar por el menos malo, el más popular, el que mueve grupos atados por prebendas o ligas sindicaleras, el que ficha a elementos populares que son un desastre, de Lily Téllez a Cuauhtémoc Blanco, dos ejemplos de cinismo puro.

            Hace unos meses se anunciaba un alianza entre PRI, PRD, PAN y hasta posiblemente el Movimiento Ciudadano. Del otro lado, aparentemente estarían Morena, PT, PVEM, PES nuevo, Redes Progresistas y Fuerza Social por México.

Los primeros contrarios acérrimos de López Obrador y en el segundo agrupamiento, alineados con Andrés Manuel. Un encuentro que como en la lucha libre podría ser máscara contra cabellera.

            Pero en los más recientes momentos las alianzas no se darán. En primer lugar, porque el MC irá sólo, tratando de armar una fuerza, según sus líderes Clemente Castañeda y Dante Delgado, que se distinga con dos objetivos básicos: lograr resultados y que sea el polo de atracción para el 2024. En este segundo caso con el fin de   seguir impulsando a su delfín para dicho año, Enrique Alfaro, actual gobernador de Jalisco.

Por su parte, el PRD lejos de renovarse, nombró líder a un viejo cuadro de los llamados Chuchos, que han regenteado esas siglas; en este caso se trata del conocido Jesús Zambrano. El declive del llamado sol azteca continúa a pasos agigantados.

            Para muchos, la conjunción PAN y PRI es contranatura. Si bien por debajo del agua han compartido el poder desde el sexenio salinista: 1988-2004, debido a dos personajes muy criticados: Carlos Salinas y Diego Fernández de Cevallos, en la apariencia son contendientes y tienen ideologías sumamente divergentes.

            Así pues, la posibilidad de un frente partidario y más amplio contra la Cuatro T se caerá.

Un apunte en Nuevo León donde el MC irá con el senador: Samuel García, un individuo misógino que se ha exhibido en redes sociales como un patán, y para la alcaldía de Monterrey con el hijo de Luis Donaldo Colosio, de los mismos nombres, aunque su segundo apellido es Riojas.

Pero esa división será en muchas partes. Aunque algunos pretenden tener candidatos comunes en 150 de los 300 distrito uninominales. Algo que está por verse.

            En tanto en el otro espectro de la política, ya se dio la primera disidencia entre Morena y el famoso, tramposo y nada de ecologista, PVEM. En San Luis Potosí, los “niños verdes” decidieron postular a Ricardo Gallardo Cardona, un individuo que ha tenido órdenes de aprehensión y está sujeto de investigación por la UIF, quien presume que el político mencionado ha cometido algunos desvíos monetarios.

            Es tan clara la mala fama de Gallardo Cardona, que antes que la dirigencia morenista dijera esta boca es mía, sus bases simplemente se rebelaron contra todo intento de alianza. Algo que puede repetirse en otros sitios del país.

            Así pues, lo que pretenden muchos es fichar a conocidos por la farándula, la televisión, la patabola o quienes batean jonrones; en este último caso para quedar bien con el aficionado número uno al beis, el señor López Obrador.

            Claro, nadie piensa en la ideología, los principios, los proyectos o cómo enfrentar los mil problemas que padecemos. Todos únicamente quieren retener o conservar el registro para obtener dinero del INE, la Cámara de Diputados, las alcaldías y otras posiciones.

            Súmele a esto que, en todos los partidos, sin excepción, hay luchas intensas en su seno.

            El caso de Morena es incluso patético. Luego de una lucha descarnada por su dirigencia, en la cual quedaron al frente Mario Delgado Y Citlali Hernández, presidente y secretaria general, respectivamente, de grupos antagónicos, ahora varios impugnadores, entre ellos algunos que se dicen nuevos analistas y teóricos de la realidad, ahora andan del brazo y por la calle a quienes denostaron. ¡Patético!

Partidos vacíos y costosos es lo que tenemos hoy. ¡Pobre México! Tan cerca de la grilla y tan alejado de principios.

jamelendez44@gmail.com

@jamelendez44

 

 

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