Por mayoría calificada, los diputados federales refrendaron el acuerdo previo del Senado por lo que el Congreso de la Unión avaló la creación de la Guardia Nacional que formará parte de la estrategia del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en materia de seguridad pública.

Lo sustantivo, lo de fondo, en este acuerdo es que con la reforma constitucional crea un marco legal para que elementos de las fuerzas armadas realicen tarea de seguridad pública a petición de los gobiernos estatales y municipales.

<Ester marco legal blindará a los militares de señalamientos, sobre todo en materia de atropellos a los derechos humanos.

La reforma incluye que el diseño y operatividad de la Guardia Nacional estará a cargo de militares, con un mando civil aunque el Presidente López Obrador precisó que es su facultad el nombramiento de ese mando y que puede ser militar o civil.

Uno de los argumentos al que con mayor frecuencia se refieren tanto legisladores de Morena como el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es que es indispensable la Guardia Nacional para preservar la seguridad pública y, consecuentemente, la paz social.

Sin embargo, los militares han participado en tareas de seguridad pública desde hace 18 años sin que los indicadores de seguridad pública hayan mejorado.

El aval del Congreso de la Unión para la creación de la guardia nacional tardará meses en concretarse del todo a fin de que entre en funciones, toda vez que la reforma constitucional requiere de la aprobación de al menos 17 congresos locales y también de leyes secundarias que, seguramente, será motivo de un intenso débete legislativo.

Los estados y los municipios, según sus autoridades, esperan mucha ayuda de la Guardia Nacional, pero también les afectará porque tendrán que ceder parte de su presupuesto federal para seguridad a fin de costear la operatividad en sus territorios.

Con la aprobación del Congreso de la Unión, las fuerzas armadas tendrá ahora el respaldo legal para las labores de seguridad pública, pese a que en su momento el entonces Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, señaló de cara a la nación que los soldados no estaban preparados para esa tarea porque no estudiaban ni se adiestraban para perseguir delincuentes.