Comentario

A PEDRADAS

 

“Si hablamos de corrupción no hay nadie que pueda aventar la primera piedra”, sentenció Enrique Peña Nieto, en la Semana Nacional de la Transparencia. Añadió que se combatirá dicho mal ya que la sociedad es cada vez más exigente.

Quizá le falta conocer, a Enrique,  más el país y salir menos en viajes que no tienen más objeto que tomarse la foto con mandatarios y celebridades para hacer de esa frase bíblica algo tan categórica y tajante. O quizá sea porque invita  a personajes  tan abusadores  como Donald Trump. Lo que le hace ver   que los de arriba no pagan impuestos y triunfan, algo como lo que realizan una buena cantidad de empresarios mexicanos a los cuales el SAT no les cobra sino les devuelve impuestos.

Es cierto que la transa  en nuestro país es grande, muy grande. Se calcula en la jugosa cifra de 341mil millones de pesos al año. Y quizá se queden cortos los cálculos de los analistas. Pero ello es propiciado más por la inoperancia estatal, véase lo que ocurre en la actual verificación de los automóviles para poner un simple ejemplo. También se debe ese flagelo autoritario combinado con  la impunidad de  los funcionarios de alto nivel. Allí están los casos de los gobernadores de todos colores que siguen tan campantes.

Y asimismo, el problema  se agranda porque no hay institución  que lo combata en serio. Incluso en el presupuesto que se discute no se programa un centavo, de los mil 500 millones de pesos necesarios, para el organismo que debe ser cien por ciento autónomo.

Así pues, que Peña Nieto no les eche la culpa a los ciudadanos y los condene sin más, en realidad a quienes debería pedirles cuentas en serio es a sus partidarios, empezando por  su nuevo delfín, Enrique Reza Ochoa, el que aceptó  una liquidación millonaria  que no le correspondía.

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@jamelendez44

 

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