Comentario

NUEVO FORMATO; VIEJAS RUTINA

 

 

El cuarto informe de gobierno de Enrique Peña Nieto será ante algunas decenas de jóvenes, mitad mujeres e igual fracción de hombres. Se insiste que se tratará de un diálogo abierto, sin guiones. Algo parecido a lo que se hizo en mayo en el encuentro con cibernautas, donde  una de ellas tenía que indicarle al ejecutivo  a quién se dirigía, ya que éste  ignoraba cuáles eran sus invitados.

Previo a la reunión del primero de septiembre, tuvimos mensajes que presentaban al gobernante en diferentes locaciones y con diversos personajes, repitiendo: “lo bueno casi nunca se cuenta, aunque cuenta”. En uno de ellos la joven Lizette, que logró conseguir el empleo dos millones- cifra pequeña ya que a la fecha en esta administración  debieron haberse creado cinco millones de trabajos para que los chavos tuvieran ocupación- , relata que labora  y estudia para salir adelante. En seguida Enrique lanza el slogan comentado y fin del cuento.

Esperemos que eso no ocurra, y que los jóvenes  no sólo puedan preguntar sino interpelar para que haya, como se asegura (sic desconcertado), diálogo.

¿Invitaran, por ejemplo, a Guillermo Luna de la Universidad Panamericana, quién insiste, mediante cerca de 150 mil firmas, que se le quite el título a Peña Nieto por el plagio en su tesis?  ¿O tal vez a algún doctor en física que estudió en el extranjero pero todavía no tiene empleo en ninguna universidad dada la imposibilidad de nuevas plazas? ¿Quizás a alguno de los siete millones de los mal llamados ninis? ¿O a las cuatro muchachas de Michoacán, profesoras ellas, que hicieron un rap a favor de la CNTE?

Seguramente no irán los mencionados ni otros inconformes, ya que la sacralización presidencial sólo cambia de formato pero no de contenido. Y también con certeza podemos adelantar que algunos de los presentes no serán recordados por su nombre de  parte del  mexiquense.

El acto se hace en un momento donde empresarios, iglesia, universitarios, y hasta legisladores- incluidos los antes dóciles del PRD- no están a gusto con lo que ocurre en el país. Y ya se sabe, desde Miguel de la Madrid a los presidentes de la República les da pavor ir al Congreso, pues  no asisten,  o ni los ven ni los oyen, como afirmó Carlos Salinas.

La estrategia- otra más de Alejandra Lagunes, ex de Televisa-, tiene varios objetivos: hacer notorio que la televisión ya no sirve para ese tipo de actos (sic contradictorio entre Emilio y su ex empleada), demostrar,  inconscientemente,  que los más de veinte mil millones de pesos erogados en medios en este sexenio fueron tirados a la basura, no creer en los periodistas a quienes les dan lana en las alturas pero tienen una aceptación menguante o nula y, lo más importante, tratar de llegar a los jóvenes de 17 a 35 años que son el 37 por ciento del padrón de votantes. Es decir, se trata de un acto anticipado electoral- que el INE no quiere ver- ya que el PRI está de bajada en serio  y los impulsados por Enrique al 2018 son casi invisibles.

En el número especial (53) de la revista Proceso, titulado: Las redes sociales, vértigo y pasión, Jenaro Villamil escribe: “El uso de internet es más frecuente en la población de 18 a 34 años (76.5%)”. Y agrega: internet lo usan  sólo el “14% de los adultos mayores”.

Para la maestra Maria Luisa Vivas, en la misma publicación, citando a Roxana Morduchowics, “la TV pasó a ser un mero acompañante para los jóvenes que la mantienen encendida mientras realizan otras actividades, y la consideran el medio menos creíble y menos importante en sus vidas. El más importante para ellos es el celular”.

Un ejemplo de la importancia de las redes: la desatendida en los periódicos investigación de Carmen Aristegui,  acerca del plagio de la tesis de Enrique Peña Nieto- el  cual  la Universidad Panamericana dijo  que sí existió-, fue vista en el portal de la periodista por más de dos millones de cibernautas. Y en el mencionado número de Proceso encontramos que entre los medios más importantes en Facebook está Aristegui Noticias con 6 millones y 214 mil visitas, mientras que el de Televisa apenas tiene la mitad del  de mirones que el de ella (investigación de César Augusto Rodríguez Cano).

Decía  Giuseppe Tomasi de Lampedusa: “Si queremos que todo siga como está, que todo cambie”. Esa pretensión de los poderosos no está resultando tan cierta, ya que si bien las redes sociales no han podido lograr la emancipación de países y grupos, como son los casos de la revolución árabe, Podemos en España, Okupa Wall Street y YoSoy#132 en México, lo que sí han traído es un desgaste de la clase política mundial y su descrédito mayúsculo.

Y es que como anota acerca de las redes Ignacio Ramonet: los “ciudadanos tienen la posibilidad de comunicar, y no sólo ser pasivo frente a los medios”.

¿Qué ocurrirá este primero de septiembre ante un acto y personaje acartonados?  Lo relataremos en una próxima entrega.

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