Comentario

INÚTILES LEGISLADORES

El Centro de Estudios Sociales de la Opinión Pública (Cesop), de la Cámara de Diputados, hace una encuesta donde ocho de cada diez mexicanos considera poco transparente e ineficiente el gasto público (Animal Político, 5 de agosto).

Para que las cosas se transformen se necesita mayor participación ciudadana, más auditorías (a los gobiernos), mejores leyes de transparencia y una publicación detallada de los gastos de los funcionarios.

La mitad de los entrevistados exige sancionar a los corruptos y llaman a invertir más en educación y en salud; además, el 70 por ciento pide crear empleos.

Hay más datos importantes, que deberían leer en primer lugar, quienes crearon ese Centro, o sea, los legisladores, pero no crea que ello ocurra así, ya que esos señores levantadedos, no sirven para maldita la cosa, únicamente buscan ese hueso para lucir en la foto, rodearse de amigos poderosos, apoyar a los ricotes en sus negocios, hacer acuerdos que son una engañifa y lesionan a la mayoría de la población (recordar el Pacto por México que muchos se peleaban su autoría y ahora nadie quiere asumir los costos de su inutilidad y regresión), comprar autos de lujos y dar, ante cualquier autoridad, el charolazo para salir impunes de delitos como un borrachazo.

Recientemente, los legisladores citaron a los empleados menores del presidente Enrique Peña Nieto- el cual descansa en una playa con su enorme avión presidencial ya que no puede resolver los problemas de este país (como dibuja certeramente el gran Magú, La Jornada, 5 de

agosto)- para que les informen por qué subieron la gasolina y la electricidad. Una farsa más como muchas que hemos visto en los últimos años de nuestra supuesta democracia política.

Mientras este teatro se lleva a cabo, tenemos otro: las acusaciones entre Miguel Ángel Yunes y Javier Duarte. Ambos igual de corruptos y farsantes. Aunque Duarte jamás se podrá quitar el estigma del asesinato de 19 periodistas, entre ellos Regina Martínez y Rubén Espinosa.

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