Jorge Meléndez Preciado

El asunto de la grave polución atmosférica que  aumenta cada día  en la zona metropolitana, debió haberse empezado a solucionar hace un cuarto de siglo y no ahora, asegura el encargado de Ciencia y Tecnología del gobierno capitalino, René Drucker Colín.

Dos medidas importantes son quitar una buena cantidad de topes que existen por todas partes (algo que no contempla la secretaria Tanya Müller)  y contar con un sistema de locomoción público extenso, coordinado y ordenado,  casi imposible de lograr por los camioneros y peseros tanto de la Ciudad de México como del estado donde parece gobernar Eruviel Ávila.

Las mafias del transporte andan sin  freno, no respetan a nadie y hacen rodar   vehículos contaminantes con jóvenes al volante que les vale.

Como señala el físico unamita, Héctor Riveros, las dos terceras partes de los 22 millones de viajes que se realizan en esta megalópolis son  por los autobuses y los taxis, quienes deberían cambiar su convertidor catalítico cada año, cuando menos. Por lo tanto, el hoy no circula que empezará el martes 5  de abril no resolverá la contaminación atmosférica y sí, traerá mayor irritación de los ciudadanos. Más después de las payasadas  César Camacho, el priista que se sube en Metro o viaja en bicicleta para hacerse propaganda.

Además, las autoridades de Movilidad de la CDMX, no tienen idea del problema, ya que se dedican a tareas políticas.

El gobernador poblano, Rafael Moreno Valle, por cierto, se opone a todo lo que ya se acordó para cuidar el ambiente. No tanto porque en su entidad haya orden y tranquilidad, sino que está en contra de Miguel Ángel Mancera debido a que  este no obligó al PRD a aliarse con el PAN en las elecciones que habrá por la gubernatura camotera  el 5 de junio.

Así pues, intereses económicos  y  políticos hacen que los pobladores, nuevamente, sean los castigados y las enfermedades aumente, incluso las mortales.

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