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Mando único, ¡Ba¡

 

 

Era casi al mediodía de ese fatídico 24 de Agosto. En plena la luz del día. Sin temor alguno. Ni a ser detenidos. Tampoco a ser identificados. La Calzada Aereopuerto, el lugar. De las más transitadas, exactamente frente a lo que hoy es una importante agencia comercial automotriz. Salida al Valle, salida a la Costa. A la maxipista que conecta Culiacán, con Mazatlán al sur y con Los Mochis, al norte. En Sinaloa.

Las ráfagas de metralleta volvieron a sonar. Las balas silbaban, sedientas de blanco. De sangre. De su objetivo. Metal como con conciencia. Como con voluntad. Fuerza física.  Impulso y potencia mecánica, fruto de la capacidad e inteligencia del hombre, para ir por la vida, de otros hombres.

Ramón Eduardo Verástica Valenzuela, subdirector en ese momento, de la Policía Municipal, la víctima. 27 años de edad. Manos expertas en el manejo de los “cuernos de chivo”, se la quitan. Crimen, Infamia y lo mismo de siempre, falta de castigo y una familia destruida para siempre. Una joven esposa  embarazada, un bebe, padres y hermanos destrozados. Es la historia antes y después, inacabable, la misma, en todo México.

Inexplicablemente el Estado Mexicano, los gobiernos locales, no han creado una Institución de Educación Superior, de donde egresen policías profesionales. Nuevo león la va creando, con 7 carreras profesionales. Los demás, tienen academias de policías a nivel de cursos, que fluctúan entre uno y cuatro meses.  Un plomero, o carpintero, o electricista, recibe mejor capacitación técnica.

Ante el vacío de Formación Profesional Policial, se concibe un proyecto. Ir a las Universidades y Tecnológicos. Convocar a sus egresados y quienes cursaran el último año de carrera. Se les hacen los exámenes de vocación, valores, inteligencia, cultura y habilidades, diseñados para construir institucionalmente una Nueva Policía, no para destruirla, a través del michoacanazo y los exámenes de control y confianza, para legitimar así, la presencia del ejército nacional, en esa actividad.

A los que acreditaron los exámenes, se les paga el doble de salario de un policía en servicio. Un año de estudio en lo que fue la Academia Estatal de Policía. Abogados, ingenieros, químicos, contadores, hacen suya la función policial. Sangre nueva. Universitaria. Vibrando y con el corazón palpitándoles, van al mundo que reclama honradez, decencia y eficiencia, en la policía. Van a honrar su uniforme. A ser el orgullo de la familia. A construir un sentido de pertenencia institucional. A darle cuerpo, al espíritu de cuerpo policial. Hasta la ofrenda.

Verástica Valenzuela, abogado egresado de la Universidad Autónoma de Sinaloa, perteneció a eseproyecto. Fue el primero de su generación. El primer lugar. Un prototipo ejemplar del policía profesional. No había más distinción, ni en el vestir, ni en el quehacer policial, de un  elemento del FBI, que su color de piel moreno.  De la academia de policía, sale como Director de Investigación. En servicio, ejerció un liderazgo ejemplar. Hasta el momento en que le quitan la vida.

Como él, muchos Otros han caído. Jóvenes con ideales. Con las ganas de servir. De ser alguien. De demostrar a través de estaárea del servicio público, su valor y la valía de su generación. Con la mirada puesta en la proa  de sus sueños y aspiraciones, que a esa edad son absolutos. Sueños y esperanzas tangibles, las que han sido cercenadas, por otros intereses, que cargan en su conciencia, el desastre nacional, la sangre derramada.En el actual esfuerzo del gobierno federal, hay miles de jóvenes dentro de la Gendarmería, concepto ajeno y copiado al extranjero, dando lo mejor de sí. Ojala haya ahora un presidente, que se vista y vista a su hijo, con uniforme de policía y no de soldado, ni de gendarme. De policía mexicana.Mando único, ¡Ba¡

 

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