San Politikón

¿A cambio de qué?

Juan Manuel Pineda

Denostada sin límites, agraviada desde el ámbito oficial, la diputada local de Sinaloa, Lucero Sánchez, tuvo en un puño la legitimidad del quehacer de la LXI Legislatura del Congreso del Estado, del que la Procuraduría General de la República pretende desaforarla para, de inmediato, fincarle responsabilidades penales.

De ella, de nadie más, dependió que el pleno Poder Legislativo sinaloense tuviera vigencia y que no explotara un escándalo para la vida institucional del Estado mexicano.

La falta de quórum  no es un asunto menor ni intranscendente, y la LXI Legislatura estuvo a unas horas de paralizarse por tiempo indefinido.

El Congreso del Estado prácticamente se quedó sin quórum a raíz de la solicitud de licencia de 18 diputados propietarios para incorporarse a los diferentes frentes partidistas del proceso electoral , de la ausencia de la diputada Yudit del Rincón  por un grave problema de salud que la mantiene hospitalizada en terapia intensiva, y las inasistencias a las  sesiones de la diputada Sánchez desde el 20 de enero fecha en que fue detenida y presentada –sin la orden correspondiente- ante autoridades de la PGR, por el delito de falsificación de documentos oficiales y presuntos vínculos con Joaquín “Chapo” Guzmán..

Con 40 integrantes, la LXI Legislatura de Sinaloa requería al menos 21 para tener quórum (50 + 1) el cual no se hubiera logrado si la diputada Lucero Sánchez no se presenta a la sesión extraordinaria del día 10 de marzo, la cual fue convocada para tomar protesta a los suplentes de los legisladores que solicitaron licencia.

La asistencia de la diputada Sánchez a esa sesión extraordinaria fue, análogamente, el catalizador que ahora permite el desarrollo de otra etapa de la LXI Legislatura de Sinaloa.

En síntesis, si ella no asiste era imposible realizar la sesión extraordinaria y sin ésta no habrían asumido sus cargos los legisladores que suplen a los que solicitaron licencia, por lo tanto la continuidad de la LXI Legislatura hubiera dependido sólo de un plan “B”: que alguno de los diputados ya separados del cargo para integrarse a las campañas políticas, fuera convencido para regresar a su curul.

Las versiones interesadas  surgieron de inmediato para ponderar la “habilidad y experiencia” en la operatividad política del titular de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Sinaloa, Jesús Enrique Hernández Chávez, atribuyéndole el regreso de la diputada Lucero Sánchez para lograr el quórum de la sesión extraordinaria y toma de protesta de los diputados suplentes.

Sin embargo, sólo se destacó el beneficio pero nada se dijo del costo, porque indudablemente que el diputado Hernández Chávez tuvo que conceder para ganar. Nada es gratuito.

La diputada  Lucero Sánchez sacó del atolladero a la LXI Legislatura…¿a cambio de qué?

La respuesta vendrá pronto y quizás derive del desenlace del proceso de desafuero que ya inició,según, lo acordó la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

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