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La comunicación política y los nuevos “hechiceros iluminados”

 Por Juan Manuel Pineda

Luis Costa Bonino, es un experto internacional que ha dirigido campañas electorales en Europa, África del norte y Latinoamérica. De su experiencia plasmada en una amplia producción editorial en materia de comunicación política, refiere lo siguiente:

“Es muy común en estos años atribuir ciertos poderes ocultos, vecinos de lo esotérico, a las manipulaciones de la opinión mediante recursos sofisticados de comunicación masiva.Muchos consultores en marketing político o expertos en medios han favorecido esta moderna superstición, presentándose como los nuevos hechiceros. Esta estrategia del conocimiento intransferible tiene evidentes ventajas individuales, en poder y en salario, pero siendo el marketing político un enfoque naturalmente interdisciplinario, y por lo tanto plural, acepta mal estas centralizaciones seudo-ocultistas. Frecuentemente ocurren grandes catástrofes políticas cuando se transfiere un poder excesivo a algún hechicero iluminado”.

Y en este tema acota:

“El ex presidente francés Georges Pompidou  sacaba sus conclusiones, con mucho humor, de alguna mala experiencia: Existen tres maneras principales de arruinarse políticamente, decía: 1) teniendo un affaire muy notorio con alguna chica, 2) aceptando sobornos, y 3) confiando ciegamente en el consejo de un asesor gurú. La primera es la más placentera, la segunda es la más rápida, la tercera es la más segura”.

Estos personajes –“asesor gurú”- han transitado del término esencial (jefe religioso o maestro espiritual) al lenguaje popular que refiere a quien se le reconoce como “autoridad intelectual”.

El “asesor gurú” pulula, por ejemplo, en los partidos políticos, en las instancias de gobierno, etcétera. Su filosofía es el “yo-yo”, dueño de la verdad y, por tanto, es reacio al trabajo en equipo.

Y si al “asesor gurú” se le agrega la característica de “todólogo”, es decir, que cree conocer de todo y que además es capaz de hacer todo, entonces se consolida la conclusión del ex mandatario francés Georges Pompidou: “confiar ciegamente en el consejo de un asesor gurú es el camino más seguro para arruinarse políticamente”.

En términos prácticos, la comunicación política sólo requiere del conjunto de mensajes adecuados y la utilización más eficaz de los medios de difusión según los recursos disponibles e intereses convenientes.

La comunicación política no requiere de gurús ni de todólogos ni de “hechiceros iluminados”, sino de trabajo en equipo con quienes estén habilitados en la materia para hacer bien las cosas, es decir, hacer lo pertinente al margen de protagonismos estériles.

 

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