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Sin mejoramiento de la infraestructura eduativa, imposible avanzar en la calidad educativa

El día martes 3 de noviembre, el H. Congreso del Estado recibió, discutió y legisló la iniciativa enviada por el Ejecutivo del Estado, con Proyecto de Decreto por el que se Autoriza y Confirma la Participación del Estado de Sinaloa, en el «Programa de Mejoramiento de la Infraestructura Educativa», implementado por el gobierno federal. Reconocemos que este fue  un proceso intenso, que se realizó en un mismo día, debido a que había premura para que nuestra entidad no se quedara sin recibir los apoyos económicos de este programa.

El programa federal que beneficiará a las entidades para el apoyo de diversos proyectos plantea usar recursos del futuro para aplicarlos en el presente mediante la colocación de lo que se denomina bonos educativos en la Bolsa de Valores. Sin embargo, ello requiere comprometer el 25 % del Fondo de Aportaciones Múltiples durante los próximos 25 años. El gran total de la inversión son 50 mil millones de pesos en lo que resta del actual sexenio.

Lo expresé en Tribuna y lo reitero: no considero correcto utilizar y comprometer recursos de los próximos gobiernos.

Cabe señalar, además, que al analizar la propuesta del Proyecto de Egresos que el Ejecutivo hizo llegar a la Cámara de Diputados, se aprecia una tendencia a disminuir los recursos que se destinarán a la educación, que como sabemos es una de las más importantes políticas públicas para el desarrollo de una nación. 

Por esta razón ha habido reclamos a esta disminución como  el de los rectores de las universidades del noroeste del país que  cuestionan a las autoridades federales la reducción de un 30 %  al Fondo para Elevar la Calidad de la Educación Superior 2015, cuando hace apenas unos días el Secretario de Hacienda y Crédito Público les había prometido que no habría disminución de presupuesto en este aspecto.

Por otra parte, de acuerdo con el  «Programa de Mejoramiento de la Infraestructura Educativa», se trata de invertir para mejorar las condiciones en que se encuentran las escuelas del país, sobre todo del nivel básico, lo cual en Sinaloa es urgente. Con el estado de deterioro y  los problemas de funcionamiento que hay en nuestros planteles, es prácticamente imposible alcanzar el principal objetivo de la Reforma Educativa: impartir una educación de calidad.

Para muestra de esta afirmación basta revisar los datos que reportó para Sinaloa el Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial (CEMABE) 2013: de 6 mil centros educativos de nivel básico, más de 300 escuelas no tienen agua; 600 no tienen energía eléctrica; 600 no tienen servicio sanitario; 2 760 no tienen drenaje; 780 escuelas no tienen pizarrones; 1560 carecen de mesas o escritorios para el maestro; 1800 no tienen sillas para maestros, 4 600 no tienen rutas de evacuación; 4 440 están limitadas en salidas de emergencias y 4 800 no tienen zonas de seguridad.

Se busca entonces que los recursos que provendrán del Programa resuelvan gran parte de las carencias señaladas. Otra limitación que puede atenderse es la adquisición de aires acondicionados y subestaciones eléctricas para varias escuelas, pues en los últimos dos ciclos escolares se ha reducido hasta dos semanas el ciclo escolar  afectando  la educación que reciben miles de niños en Sinaloa.

Aunque no comparto la forma en que nos hacemos llegar de estos recursos, celebro su llegada: por eso, señalo que en la vida hay males necesarios.

Con la aprobación de la Cámara de Diputados del Programa de Mejoramiento de la Infraestructura Educativa  que el gobernador del estado, Mario López Valdez, suscribió en un convenio de colaboración con el gobierno federal, esperamos que se  fortalezca el desarrollo educativo estatal. Dicho programa  traerá a Sinaloa 1168 millones de pesos de inversión a escuelas de nivel básico durante el periodo de 2015 al 2018. Con tal recurso, podrán repararse y acondicionarse  las primeras 626 escuelas que se encuentran en mal estado.

De acuerdo con lo convenido, Sinaloa recibirá 190 millones en 2015; 421 en 2016; 365 en 2015 y 192 en 2018. Estos recursos   se aplicarán en 683 centros educativos: 626 de nivel básico, 56 medio superior y 11 en educación superior. Aunque es dinero adelantado, no encontramos otra forma en la cual el gobierno federal invirtiera en educación en los próximos años, es por ello que en mi calidad de presidente de la Comisión de Educación y Cultura de la LXI Legislatura del Estado de Sinaloa, acepté apoyar este convenio para que los niñas, niños y adolescentes puedan tener una educación de calidad.

Entiendo  que la aplicación de los recursos anteriores es sólo un atenuante para las miles de necesidades que se tienen en las escuelas, sin embargo, es mejor tener esta inversión que nada.

Lo correcto sería que estos 50 mil millones de pesos que se plantea obtener a partir de los bonos educativos, se hubieran contemplado en el Presupuesto de Egresos de la Federación, y no comprometer o hipotecar recursos que le corresponde ejercer a los próximos gobiernos. No obstante, comprendemos que la inversión en educación es la principal forma para que el país salga del subdesarrollo en que se encuentra, no nos dejaron otra opción.

Por último, en los próximos días propondré al H. Congreso del Estado, la implementación de algún mecanismo para supervisar la aplicación de estos recursos en las escuelas, independientemente de que ya existan instancias que deberían cumplir con esta función.

Gracias y que pasen una excelente semana.

 

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