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Aún faltan seis ciclones en el Océano Pacífico: SMN-Conagua

 

De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), este 2015 ha sido un año de lluvias intensas y con una proyección de tormentas tropicales por arriba de la media.

La temporada de huracanes está contemplada del 15 de mayo al 30 de noviembre. En una segunda versión, el SMN pronosticó que entre agosto y noviembre se preveían la formación de 10 ciclones en el océano Pacifico, de los cuales cuatro serían tormentas tropicales, tres huracanes fuertes y tres huracanes intensos. En la actualidad, ya se presentaron cuatro: Ignacio, Jimena, Kevin y Linda, y cabe la posibilidad de que se formen seis ciclones más en lo que resta de la temporada.

Según las estadísticas de los últimos cinco años, para el periodo agosto-noviembre Sinaloa ha registrado dos impactos directos, que afortunadamente en este año no se han presentado. Es decir, si consideramos la previsión del SMN, en lo que resta del periodo agosto-noviembre nuestra entidad podría ser impactada por dos tormentas tropicales.

Tal predicción obliga a tener una actitud de suma responsabilidad tanto de quienes nos gobiernan como de la propia sociedad. Basta con revisar que debido a las lluvias que se presentaron entre el 9 y el 13 de septiembre en los municipios de Angostura, Culiacán, Elota, San Ignacio, Mazatlán y El Rosario hay miles de personas perjudicadas, casi mil viviendas dañadas y miles de pesos en pérdidas de objetos materiales. A lo anterior habría que sumarle cientos de hectáreas de diversos cultivos dañados.

Lo peor de todo esto es que en este periodo de lluvias ya se registraron siete muertos: niñas, niños, adolescentes y adultos que se han ahogado en arroyos, ríos, drenes y canales que aumentaron sus  volúmenes de agua.

Otra consecuencia de las lluvias es el actual nivel de las presas. De acuerdo con CONAGUA, las 11 presas de Sinaloa registraban al 20 de septiembre un promedio de almacenamiento de 85.2%, con 13,095.5 millones de m3, siendo que la capacidad de conservación es de 15,364.6 millones de m3. Prácticamente cinco presas, la Miguel Hidalgo, la Josefa Ortiz de Domínguez, la Eustaquio Buelna, la Sanalona y la Aurelio Benassini, ya están por encima del 100% de su capacidad de almacenamiento.

Lo anterior ha obligado a que Conagua abra las compuertas para desfogar los volúmenes extraordinarios. Sin embargo, esta estrategia requiere una mayor planeación y coordinación para atender las sobreelevaciones del agua en las partes bajas. Tal acción ya ha provocado inundaciones en comunidades y poblados, y los habitantes se han quejado de que no fueron comunicados adecuadamente, y tampoco han contado con señalización que advierta las zonas de peligro e impedir así el cruce por los puentes y vados inundados.

También llama la atención el caso de las 60 represas construidas en 2014 bajo las reglas de operación de SAGARPA; sin embargo, Conagua no revisó estos proyectos ni mucho menos la edificación. Otro problema son los drenes que se ven rebasados en su capacidad y generan inundaciones en los pueblos, como es el caso de la sindicatura de Villa Juárez, en Navolato, que tiene problemas recurrentes de esta naturaleza.

Cabe insistir, por lo tanto, que Sinaloa podría tener todavía más problemas de inundaciones en lo que resta del periodo. Nuestra entidad, hay que repetirlo, podría ser impactada por dos ciclones en lo que resta de la temporada. Ciertamente, las inundaciones las provoca la propia naturaleza, pero está en nosotros evitar desgracias materiales y muertes de personas.

Según el Atlas de Riesgos, en el municipio de Culiacán existen 75 puntos como zonas de riesgo por inundaciones. No obstante, la realidad es que esta cantidad ha aumentado por las condiciones hidrológicas actuales, pues se presentan lluvias de alta intensidad y de corta duración, a lo que se suman los cambios de uso del suelo. Lo preocupante es que el Plan Municipal de Desarrollo para Culiacán de esta administración solo plantea limpieza y desazolve de los arroyos que cruzan la ciudad y, en cambio, no contempla infraestructura urbana para resolver problemas en zonas de inundaciones recurrentes, e incluso para las sindicaturas y comisarías no se tienen propuestas sobre este tema.

Por ello, el Atlas de Riesgos debe actualizarse junto con el Reglamento de Construcciones del municipio, así como ampliar el organigrama del ayuntamiento, incluyendo el departamento de atención a riesgos o bien conferirle esta función al Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) o al organismo operador de agua.

Es importante, pues, plantear diversas acciones para prevenir o reducir las inundaciones en los sitios habitados y establecer estrategias rigurosas para los proyectos de infraestructura a construir que eviten inundaciones, así como continuar con la vigilancia de las mismas mediante los sistemas de monitoreo satelital y de instrumentos meteorológicos adecuados.

Sobre esto último, llama mucho la atención que en 1985 en Sinaloa había 194 estaciones climatológicas en operación y hoy solo tiene 74 que están diseminadas en las partes altas de las cuencas, mientras que en la zona costera son escasas y sin información en tiempo real, por lo que el sistema de pronóstico y seguimiento de fenómenos naturales en las costas es deficiente.

Ahora bien, no desestimamos los esfuerzos que están haciendo las autoridades federales y estatales junto con Protección Civil estatal y municipal; sin embargo, somos de la idea de que aún es posible establecer más medidas preventivas y correctivas que disminuyan los impactos de las inundaciones.

Recordemos una recomendación básica del Servicio Meteorológico Nacional: “Lo más importante de esta proyección de ciclones tropicales es que nuestras autoridades y principalmente la sociedad en general esté atenta y lista para recibir el impacto de por lo menos un huracán, un ciclón tropical o tormenta tropical; no importa la intensidad, sino el estar preparados ante estos desastres naturales”.

Por tal razón, el martes 22 planteamos ante la Comisión Permanente del H. Congreso del Estado de Sinaloa que las comisiones de Protección Civil, Seguridad Pública y Participación Ciudadana tuvieran un acercamiento con las autoridades federales, estatales y municipales con el objetivo de elaborar e implementar un plan extraordinario para prevenir que en nuestro estado sigan ocurriendo más desgracias ocasionadas por las lluvias, y que estas acciones sirvan de base para construir un plan de atención a inundaciones en el futuro inmediato.

Permítanme insistir de nuevo: el nivel de las 11 presas de nuestro estado están registrando un nivel histórico e incluso, en opinión de algunas autoridades de Conagua, ya alcanzaron en promedio el 100 % de su capacidad de almacenamiento; esto significa que es posible que en nuestra entidad se puedan presentar grandes desgracias. Por supuesto, no es nuestro interés provocar falsas alarmas ni provocar en la población miedos y temores infundados sino que, por el contrario, nos interesa que prevalezca la prevención.

 

Gracias y que pasen una excelente semana.

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