​He leído diversas versiones de la fuga o liberación de Joaquín Guzmán Loera, el mentado “Chapo”.
​Que si el gobierno lo sacó para que combata al Cartel de Jalisco Nueva Generación, ya que dicho grupo continúa atacando a los helicópteros de la Marina.
​Que si la DEA alertó acerca de su posible evasión mucho antes y no le hicieron caso.
​Que huyó por un túnel construido desde que llegó al Altiplano, el cual tiene un largo de kilómetro y medio, está edificado de una manera zigzagueante y se necesitaron sacar tres mil 250 toneladas de tierra, algo que llevaron a cabo cuatro albañiles.
​Que la culpa de todo es de la CNDH ya que impidió que hubiera una cámara de vigilancia en las regaderas y eso posibilita que no se le observe siempre.
​Que salió caminando por la puerta central (en lo que coinciden varios). Algo que hizo la ocasión anterior en Puente Grande, ya que no se escapó mediante un carrito de enfermería o de lavado.
​Que su hijo Iván Archivaldo tuiteó en mayo el posible regreso de “El General” y el 7 de julio dijo: “Todo llega para el que sabe esperar”. Amén que otros parientes hablaban de que ya iba la cosa muy avanzada para el “Gran hombre”.
​La lista puede alargarse, incluso algunos dirán próximamente que un helicóptero lo recogió (evocamos el caso de David Kaplan, Lecumberri, 1971).
​Lo mejor es escuchar las voces que saben del asunto.
​Jorge L. Medellín (La Silla Rota, 13 de julio), señala que cerca del penal tan mencionado, en Almoloya de Juárez, está el octavo regimiento mecanizado a cargo del general brigadier, David Enrique Velarde. ¿Tiene algún sentido esto? Tal vez se diga, como apunta La Jornada (ídem), que no se podía hacer nada ya que la alerta se dio tres horas después.
​Para José Reveles, cuyo libro clásico, Entrega y traición del Chapo (De Bolsillo), al narcotraficante “lo sacó la corrupción” (Sin Embargo). Además, quien estuvo en un penal de alta seguridad sin cometer delito, J. Jesús Lemus (Los malditos, Grijalbo), anotó: el capo “salió por la puerta principal” (ídem).
​Claro, la novata Arely Gómez, se mostró estupefacta por el hoyo que vimos en fotos y videos. Aunque acerca del mismo túnel parodiaron sabrosamente Carlos Puig (Milenio, 14 de julio) y Guillermo Sheridan (El Universal, igual fecha).
​Para la experta en este tipo de situaciones- recordar su gran texto: Los señores del narco (Grijalbo)-, Anabel Hernández, hubo antes del escape sin cadenas, tres focos rojos que no atendieron o entendieron las autoridades: una huelga de hambre de 900 presos organizada por Joaquín en julio de 2014; una carta colectiva de los encarcelados en el Altiplano, incluidos sus enemigos como Héctor Beltrán Leyva, a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) denunciando atropellos, y en abril de este año diferentes personas con documentos falsos, ¡algo inconcebible!, visitaron a Guzmán Loera sin mayores problemas (entrevista con Carmen Aristegui). Todo ello ocurrió sin que nadie moviera un dedo.
​Eso demuestra claramente que era absurdo lo que había dicho Enrique Peña Nieto acerca que era imposible otra fuga, ya que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, seguía día a día la situación del sinaloense (¿entonces porque se le invitó a París?)
​Y cuando dio una conferencia de prensa el ex gobernador de Hidalgo y se le preguntó si renunciaría, expresó que no lo hará, ya que en situaciones apremiantes hay que sacar adelante el trabajo. Pero al cuestionarle por qué el grave episodio lo sorprendió de viaje a Francia dijo: “son cosas que pasan”; es decir, fue algo banal, sin importancia (sic cotidiano).
​Para Edgardo Buscaglia: este suceso es un golpe mortal a la credibilidad del gobierno de Enrique Peña Nieto. Agregó: en países como Italia o Colombia la mitad de la clase política estaría siendo procesada y habría un combate amplio al lavado de dinero.
​En esta administración se han duplicado los incidentes en penales federales y los casos de fuga se extienden a cinco de los llamados Ceferesos, no obstante que el de las prisiones es el segundo programa con más presupuesto federal (Animal Político, 14 de julio).
​Recientemente supimos que todos somos espiados, ya que la compañía italiana Hacking Team, desde el sexenio pasado, interviene todos los aparatos que utilizamos y reporta al gobierno federal y a muchos locales (ver reportaje de Proceso, número 2019). Pero ello no sirve de nada para detener o atacar el crimen de alto nivel, organizado o desorganizado.
​Y como dice Zygmunt Bauman en: La globalización: Consecuencias humanas (FCE): “Los ´delitos empresariales´ no llegan a la justicia y la luz pública sino en pocos casos extremos”. Y cuando se descubren, como en La Casa Blanca y las obras de Higa u OHL, se evaden o tapan con nuevos escándalos.
​La injustica y la corrupción en México son hermanas gemelas.
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