El viernes 27 de febrero tuve la oportunidad de participar en uno de los eventos realizados por la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas (FEIyPP), de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), en el marco de un programa académico para celebrar sus 13 años de vida institucional. La mesa redonda se tituló “Problemática de Sinaloa y perspectivas de la educación”, en la que se abordaron los siguientes temas: Economía sinaloense, Seguridad y valores sociales, y Educación. Tuve el agrado de intercambiar opinión en esta Mesa, con el Senador Aarón Irízar López y las Diputadas Imelda Castro Castro y Laura Galván Uzeta.

En el renglón de la economía expresé mi valoración de que nuestro estado, al igual que la mayoría de las entidades y el propio país, vive una difícil situación. Prácticamente hay un consenso entre los sinaloenses de que al término de 2013 nuestra entidad cerró con recesión económica, ya que hubo un retroceso productivo de -1.3% anual de acuerdo con el INEGI, ante un reducido crecimiento nacional de 1.3%.

En este mismo año, la actividad primaria cayó -11.93%, ligando con ello seis trimestres de contracción, mientras que el sector secundario decreció -2.65 %, destacando aquí la caída de la construcción en un -10.16 %; en cambio, solo la actividad terciaria creció en 1.4%. También en materia de inversión extranjera 2013 no fue el mejor año para Sinaloa, puesto que se tuvo una disminución de 35% respecto al año anterior, según el reporte de la Secretaría de Economía.

Ahora bien, cómo inició Sinaloa en 2014. El comportamiento de la economía en el primer y segundo trimestre no marcó diferencia en relación con 2013. Las cifras no son alentadoras en cuanto a la inversión extranjera directa (IED), tasa de desocupación, comercio, construcción, actividad minera, ganadería, pues en todas ellas la tendencia siguió siendo a la baja.

De acuerdo con datos del INEGI, específicamente del Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal, en el tercer trimestre (julio-septiembre) de 2014, Sinaloa se ubicó entre los primeros nueve estados con mayor repunte económico, ya que creció 7.8% respecto al mismo periodo del año anterior. Por actividades, este incremento se aprecia de la siguiente forma: primaria, 80.3%; secundaria, 7.3% y terciaria, 2.9 %. También en el periodo de enero a septiembre —según este reporte— Sinaloa registró un crecimiento del 1.7%.

En lo que respecta al tema de valores sociales, fui reiterativo en que estos son elementos vitales para conservar buenas y agradables relaciones en la comunidad y con ello abonar a la democracia y a la seguridad. Valores como paz, respeto, igualdad, fraternidad, solidaridad, dignidad, cooperación, honestidad, honradez, libertad, responsabilidad, amor y sinceridad son principios fundamentales en las relaciones entre los individuos, las organizaciones y los países.

Si inculcamos a nuestros infantes que aprendan a resolver sus conflictos por vías pacíficas, lograremos el objetivo que toda sociedad persigue: educar para la paz y la sana convivencia, logrando con ello una sociedad sólida y en armonía.

En los últimos meses nuestro país ha estado envuelto en acontecimientos sociales que ponen en peligro el presente y futuro de miles de niñas, niños y adolescentes, alterando la paz y convivencia de comunidades enteras; nuestros infantes no son, pues, ajenos a estos procesos.

La convivencia es frágil y puede quebrarse en cualquier momento, por lo que tenemos que ir construyendo una coexistencia pacífica. La democracia es la base para que la sociedad civil edifique acciones en favor de la libertad, la paz, el pluralismo y la justicia social, pero esta solo se dará cuando la educación haya inculcado en los infantes el ideal y la práctica de los valores sociales. Solo esto abrirá el camino a la democracia y a la seguridad.

Por tanto, para aprender a practicar la verdadera democracia es necesario asumir valores sociales que nos permitan convivir con una sociedad abierta. Para que las generaciones venideras puedan vivir una verdadera democracia, las niñas, niños y adolescentes de hoy deben capacitarse en la escuela y practicar esta forma de organización en la familia.

Debemos reconocer que la educación ha fallado, tanto la impartida en las instituciones educativas como en el hogar. Hoy observamos hechos que nunca pensamos fueran a ocurrir con tanta frecuencia: embarazos no planeados en niñas y adolescentes, violaciones sexuales, asesinatos entre compañeros estudiantes, robos y secuestros realizados por menores de edad. Estas acciones, sin duda alguna, son un reflejo de la pérdida de los valores sociales más esenciales.

Muchas de las defunciones de estudiantes en Sinaloa se han debido, precisamente, a la falta de valores: a los jóvenes se les hace fácil aplicar la justicia por propia mano. Es urgente la necesidad de que los alumnos resuelvan sus diferencias pacífica y respetuosamente, por eso repetimos la importancia de educar para la paz y la sana convivencia, así como reforzar la democracia en las instituciones educativas, para que los alumnos la aprendan como un estilo de vida.

Debemos tener en cuenta que la justicia es dar a cada quien lo suyo; por tanto, para que haya justicia social los actos de las personas deben estar encaminados al interés de la colectividad. Asimismo, la libertad es el derecho de elegir y de expresar lo que se piensa, por lo que asegura una convivencia pacífica y justa en la población, en tanto que la seguridad generalmente se reconoce como un valor natural del derecho y garantiza un desarrollo de la convivencia pacífica y armónica entre los individuos.

Por cuestión de espacio, en esta aportación no abordaré el tema de la educación que se trató en la mesa redonda, pero seguro tendré la oportunidad de hacerlo en otra oportunidad. Finalmente, desde este foro expreso mi agradecimiento y reconocimiento a los organizadores del evento académico, encabezados por su director Dr. César Ramón Aguilar Soto, con el que la FEIyPP-UAS celebró sus primeros 13 años de existencia. Enhorabuena.

Gracias y que pasen una excelente semana.