San Politikón

UAS: correlación de fuerzas y gobernabilidad

(Por Juan Manuel Pineda)

El pasado jueves 30 de octubre, conforme se evidenciaba la magnitud cuantitativa de la movilización de la Universidad Autónoma de Sinaloa, a la que se sumaron ciudadanos de los sectores sociales, para exigir el esclarecimiento a los trágicos hechos en Iguala, Guerrero; los grupos políticos, de gobierno y los poderes fácticos, particularmente de la entidad, recibieron un mensaje  contundentemente claro: la UAS es imprescindible, también, como garante de gobernabilidad.

El viraje institucional de la UAS, sustentado en las reformas estructurales impulsadas por el entonces rector. y ahora diputado presidente de la comisión de educación del Congreso del Estado, Héctor Melesio Cuén Ojeda, ha impulsado no sólo el deber ser de la máxima casa de estudios sinaloenses sino, a la vez, la fuerza de su liderazgo social en los 18 municipios del estado.

La megamarcha de al menos 35 mil participantes,  considerada la mayor concentración de universitarios de la historia, fue sólo una muestra de la fuerza que es capaz de generar la centenaria casa rosalina.

La comunidad universitaria, siempre destacada en las luchas sociales, pasó lista de presente para exigir, con base en un plan de acciones estratégicas, pronta solución al agravio directo contra estudiantes de la escuela normal rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero; sin embargo, la movilización también mandó el mensaje advirtiendo que es capaz de esto y más, para que el gobierno federal y estatal atiendan y resuelvan lo que reclama la UAS, en correspondencia a sus trascendentes avances en los indicadores académicos.

Cuantitativa y cualitativamente los parámetros de calidad académica, y también de sus procesos administrativos, reflejan un crecimiento virtuoso de las funciones sustantivas de la UAS reconocido nacional e internacionalmente, particularmente en los últimos tres periodos de la administración central de la UAS encabezados por Héctor Melesio Cuén Ojeda, Víctor Antonio Corrales y Juan Eulogio Guerra Liera, respectivamente.

Por ser esencialmente universitario, no debe soslayarse que la incursión en la actividad política del exrector, Héctor Melesio Cuén Ojeda, haya posibilitado que sus acciones parlamentarias y como dirigente del Partido Sinaloense, convertido en la tercera fuerza electoral en Sinaloa, orientándolas a favor del fortalecimiento del sector educativo en general, con especial énfasis en la atención del quehacer en la UAS.

Hay un dato para ejemplificar: en ocasión del análisis, discusión y/o aprobación de la ley de egresos 2014, el ¨cabildeo¨ del presidente de la comisión de educación dio la pauta para que el pleno del Congreso del Estado reasignara 60 millones de pesos a la Universidad Autónoma de Sinaloa, para dar respuesta a la solicitud de incremento del 14%  al financiamiento estatal.

Pero también en la gestión institucional de la UAS ante instancias del gobierno federal, se ha sumado, permanentemente, la contribución del presidente de la comisión de educación del Congreso del Estado para que se otorgue un trato más justo en cuanto al financiamiento para la máxima casa de estudios sinaloense.

La multitudinaria marcha de la comunidad de la UAS advierte al pueblo de México la solidaridad con las familias de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, pero también alerta que en todo momento puede hacer valer su fortaleza en aras de la gobernabilidad, y especialmente para exigir lo que le corresponde con base en sus resultados académicos.

¿Por qué, desde el ámbito gubernamental, se reconoce a la UAS como una de las cuatro mejores instituciones públicas de educación superior por su calidad académica, y se le mantiene en el antepenúltimo lugar en cuanto al financiamiento federal por alumno?

En el contexto del deber ser de la UAS su presencia institucional a lo largo y ancho de Sinaloa no sólo es pertinente, sino que su rol social es fundamental ante las dificultades o pérdida de autoridad gubernamental, es decir, ante los riesgos de ingobernabilidad por el incremento de insatisfacciones ciudadanas en cuanto a las legítimas demandas de políticas públicas que mejoren su calidad de vida.

En ese sentido, el acompañamiento de liderazgos altamente comprometidos con su alma mater, como es el caso del exrector Cuén Ojeda, ahora desde la arena político-electoral y desde la presidencia de la comisión de educación del Congreso del Estado, posibilita a la UAS multiplicar su fortaleza para consolidarla como factor del cambio socioeconómico en la entidad.

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