Microscopio Social

Día Mundial de la Alimentación

(El hambre y la malnutrición son inaceptables en un mundo que posee a la vez los conocimientos y los recursos necesarios para acabar con esta catástrofe humana.

FAO,  Cumbre Mundial Sobre Alimentación)

El Día Mundial de la Alimentación fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) el 16 de octubre de 1981. En este mes se cumplen 33 años de su instauración.

                El derecho a la alimentación ha sido reconocido en varios tratados internacionales como el de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1996) y la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria (2009), en la cual México participó activamente.

                El concepto de hambre implica principalmente cuatro elementos: déficit en la ingesta de alimentos, el componente social y la disponibilidad y calidad de los alimentos. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define el término hambre como un estado de desnutrición crónica, aunque también se refiere con esta palabra a la privación de alimentos o a la sensación incómoda o dolorosa causada por no adquirir suficiente energía a través de éstos. Por su parte, el Estado mexicano considera el hambre como la situación que enfrenta una persona al encontrarse en pobreza extrema y con carencia alimentaria.

                En las siguientes líneas invito al lector a revisar los datos que ilustran con detalle la relevancia del problema del hambre en nuestro país y en nuestro estado.

México es considerado una economía creciente que forma parte del G20, ubicada como la 14va economía del mundo, con una población que alcanza ya los 112 336 538 habitantes (INEGI, 2010). La Organización para el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) han evaluado a los mexicanos como los que trabajan más número de horas al año en comparación con otros países del mundo. Sin embargo, y a criterio de la misma OCDE, nuestro país es el segundo con mayor desigualdad económica.

                En México, 53.3 millones de personas viven en condiciones de pobreza (el 47.4% de la población) y 11.5 millones de habitantes viven en pobreza extrema (10.2%). Ahora bien, 27 millones de mexicanos viven en pobreza alimentaria (24% de la población) y 14.04 millones sufren desnutrición crónica (12.5%). De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) realizada en el 2012, hay 1 194 805 niños con desnutrición crónica en el país. Además, según cifras de la misma encuesta, el 70% de los hogares en México se ubicaron en alguna de las tres categorías que identifican a la inseguridad alimentaria.

                El estado de Sinaloa tiene 2 767 761 habitantes, de los cuales, siguiendo los resultados del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), 1 055 000 viven en pobreza alimentaria, es decir, el 38% de la población total de sinaloenses no tiene los recursos necesarios para comprar los bienes de la canasta básica alimentaria mínima.

                Este millón de personas en nuestro estado no representa sólo una cifra: son mujeres, hombres, niños y niñas que hoy no tienen las mismas oportunidades y condiciones que el resto de los sinaloenses. Asimismo, esta población enfrenta serias restricciones para el acceso a los satisfactores básicos, en particular al parámetro mínimo de alimentación, lo que se manifiesta en un deterioro de su calidad de vida y suficiencia alimentaria y que, en consecuencia, tiene graves repercusiones en la salud física e intelectual de las personas.

                Esta es una realidad preocupante, ante la cual no podemos quedarnos cruzados de brazos. Es indispensable una verdadera política de Estado, con la participación de todas y todos, para lograr el derecho humano a la alimentación y la adecuada nutrición de manera sustentable.

                Como diputados integrantes de la LXI Legislatura, el 3 de julio del presente año entregamos al  H. Congreso del Estado de Sinaloa una iniciativa con proyecto de decreto de ley cuyo objetivo es la creación del Instituto de Nutrición y de Ejercicio Efectivo, que garantizará el derecho a la alimentación de las personas en situación de pobreza extrema en el estado de Sinaloa. Su objetivo central es desarrollar una cultura nutricional sana en la población sinaloense, contar con un sistema integral de seguridad alimentaria para las personas en situación de pobreza extrema en la entidad, mejorar los indicadores de salud en Sinaloa, contribuir a mejores hábitos alimenticios y prevenir la diabetes mellitus en cualquiera de sus tipos, así como las enfermedades crónico-degenerativas.

                De aprobarse, daremos un paso importante para el beneficio de nuestro estado, ayudando a más de un millón de sinaloenses que se encuentran en pobreza alimentaría y que sufren de desnutrición, principalmente niñas y niños, a quienes debemos brindarles el derecho humano necesario e indispensable para que se desarrollen plenamente. Esta iniciativa busca dar un golpe a la indiferencia y a las limitaciones de nuestro sistema social. Indudablemente es un paso firme contra la pobreza y la desigualdad. No hay razón alguna para que los sinaloenses convivan con el hambre o con el silencioso dolor de la desnutrición. Un estado de Sinaloa libre de hambre no sólo es posible: es urgente. Es éticamente necesario, y hoy estamos haciendo algo al respecto.

                Finalizo mis comentarios saludando a un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Químico Biológicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa, que en este 2014, y por segunda vez consecutiva, han obtenido el Premio Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos en la Categoría Profesional en Ciencias y Tecnologías de Bebidas. Felicito por ello a los doctores Cuauhtémoc Reyes Moreno, Jorge Milán Carrillo, Roberto Gutiérrez Dorado, Ángel Valdez Ortiz, Edith Oliva Cuevas Rodríguez y al M.C. Jesús Jaime Rochín Medina por su disciplina y su labor en pro de la investigación.

¡Que pasen excelente semana, en compañía de su apreciable familia!…

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