San Politikón

A casi un año de la tragedia, “Manuel”: ¿lección aprendida?

Por Juan Manuel Pineda

En la memoria del colectivo ciudadano seguramente está registrado, inalterable, el recuerdo del devastador paso del huracán “Manuel” por las costas del Pacífico mexicano, especialmente su impacto en la zona centro de Sinaloa.

Sí, en su trayectoria por el litoral del Pacífico mexicano “Manuel” dejó un escenario desolador y trágico: anegadas miles de casas, calles, comunidades, colonias y, lo peor, pérdidas de vidas; sin embargo, también avivó la memoria colectiva que, en su momento, cobrará facturas.

Miles de familias recordarán siempre el paso avasallador del agua que se llevó todo buscando los cauces que la naturaleza predestinó, y que unos vivales arrebataron para medrar con negocios inmobiliarios, ávidos de poder económico.

En el caso de Culiacán, “Manuel” causó graves pérdidas porque arrasó con todo en diversas colonias y en comunidades rurales; con el paso de las horas, de los días, de las semanas, conforme el agua bajaba de nivel, afloró en la magnitud de la sinvergüenzada de quienes, en aras de “la modernidad”, idearon y concretaron el ecocidio: Desarrollo Urbano Tres Ríos.

El Desarrollo Urbano Tres Ríos, organismo paraestatal, se creó en abril de 1991 y el decreto fue firmado por el entonces Gobernador de Sinaloa, Francisco Buenaventura Labastida Ochoa, padre, por cierto, de Francisco Labastida Gómez de la Torre, quien desde su posición gubernamental como director de proyectos estratégicos, es artífice de un duro golpe contra ejidatarios con la construcción del gasoducto.

El proyecto Desarrollo Urbano Tres Ríos fue ideado, diseñado y proyectado por Antonio Toca Fernández, un arquitecto especializado en desarrollo urbano egresado de la Universidad Iberoamericana de México; fue Director de Proyectos Estratégicos del Estado de México, y ligado familiarmente a Labastida Ochoa, quien lo trajo a Sinaloa donde fue nombrado Subsecretario de Desarrollo Urbano.

Hace 22 años, con Carlos Salinas en la Presidencia de México, y Labastida Ochoa en la gubernatura de Sinaloa, empezó el gran negocio de unos cuantos y la tragedia de miles de culiacanenses.

En el 2013 el huracán “Manuel” dejó al descubierto que para quienes en esa época detentaron el Poder Ejecutivo, y para los que posteriormente arribaron al gobierno de Sinaloa, la ambición por las grandes fortunas estuvo y está por encima del desarrollo urbano ordenado y, por tanto, del real interés de la inmensa mayoría de la sociedad.

Según los considerandos para la creación del Desarrollo Urbano Tres Ríos, el argumento de “modernidad urbana” disfrazó el lucro con que se modificó el uso del suelo. Actualmente, los directivos del organismo sostienen:

“Desde su creación el Desarrollo Urbano Tres Ríos, aporta al crecimiento urbanístico de la ciudad de Culiacán, logrando integrar espacios para la sana  convivencia de los ciudadanos y por supuesto, el despegue innegable del desarrollo económico y social. En el Desarrollo Urbano Tres Ríos se continúa con el mantenimiento ordenado de los ríos, de los espacios y se invierte en la construcción de obras de infraestructura para el desarrollo de vivienda, el comercio y los servicios”.

La prioridad, según se plantea en el plan maestro: “Es el realizar acciones que permitan cubrir necesidades de la población, entre ellas el reencauzar y desazolvar el cauce de los ríos y el cumplir  significativamente con la normatividad ecológica para conservar un ambiente propicio para el encuentro y la convivencia entre familias que disfrutan de este excelente espacio abierto”.

La transparencia es “letra muerta” en este organismo paraestatal. La búsqueda de información sobre las obras públicas encuentra un rotundo “no aplica”.

De origen, según el decreto publicado en el periódico oficial “El Estado de Sinaloa”, número 48, del 22 de abril de 1991, tomo LXXXII, el objetivo del Desarrollo Urbano Tres Ríos sólo ha seguido una ruta, la que textualmente señala: “…promoción, gestión y coordinación de la realización de los trabajos para la reordenación y mejoramiento de los cauces y áreas aledañas a los ríos Humaya, Tamazula y Culiacán promoviendo el diseño y elaboración de proyectos y la ejecución de las obras de vialidades, puentes y aquellas de equipamiento urbano, operando las reservas territoriales adjudicadas conforme a derecho y comercializando las áreas rehabilitadas. Este organismo permitirá la participación de los sectores público, privado y social de la comunidad”.

En términos simples y llanos: el Desarrollo Urbano Tres Ríos fue concebido como el gran negocio de gobernantes y algunos empresarios, es decir, una combinación letal contra el interés de los que menos tienen.

“Reordenar y mejorar los cauces y áreas aledañas de los ríosHumaya, Tamazula y Culiacán, a través del diseño y  la elaboración de proyectos y la ejecución de las obras de vialidades, puentes y de equipamiento urbano”, como se establece en el decreto de su creación, el desarrollo Urbano Tres Ríos, sólo es una forma de disfrazar el verdadero objetivo: operar reservas territoriales “adjudicadas conforme a derecho” y  comercializar las áreas rehabilitadas…”

Los trágicos hechos, saldo del huracán “Manuel”, desmienten todos los argumentos en el sentido de que al “reordenar y mejorar los cauces” de los ríos se reducirían riesgos de inundaciones.

Dicen –y dicen bien- que “no hay más ciego que el que no quiere ver”: la inundación de miles de casas en Villas del Río, Valle Alto, Riberas del Río, Isla Musala, entre otros sectores, donde las familias literalmente perdieron todos sus bienes y enfrentaron riesgos que pusieron en peligro las vidas de sus integrantes, es el trágico saldo que no se olvida.

A poco más de dos décadas de su creación, evidentemente -la fuerza de los hechos es contundente: el Desarrollo Urbano Tres Ríos no ha reducido riesgos de inundaciones ni es garante de protección de vidas y propiedades

“Manuel”, a su paso por la capital sinaloense, dejó al descubierto que el Desarrollo Urbano Tres Ríos, sólo ha propiciado un gran negocio para unos cuantos que han aprovechado los terrenos que se recuperen de los cauces, y se desincorporan del gobierno federal al gobierno estatal

Según el decreto para la creación del Desarrollo Urbano Tres Ríos, las diversas obras de equipamiento urbano serían financiadas con la venta de terrenos ganados a los cauces, entonces, ¿por qué se utilizó a la desaparecida COCOSIN del gobierno estatal en varias etapas”

También se establece: “los remanentes que pudiera generar el proyecto se aplicarían para abatir rezagos de servicios públicos en colonias populares coadyuvando en los programas municipales y comunitarios de Culiacán”.

Ante la temporada de huracanes 2014, la zozobra prevalece porque la lección que dejó “Manuel” no se aprendió.

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