Luego de una contraofensiva en los medios, culpando a la diputada perredista Roxana Luna de ser la “causante” del enfrentamiento entre poblanos y los jenízaros de Moreno Valle e intentando desmentir a la madre del niño asesinado, José Luis Tehuatlie, doña Elia Tamayo, el gobernador camotero llamado Rafael no encuentra reposo y, seguramente, tendrá que pedir licencia de su cargo.

Ello porque la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Puebla explicó que sí se dispararon las famosas balas de goma. Un video mostrado por Elisa Alanís (SDP, 25 de julio) es muy claro al exhibir quién lesionó al menor que durante muchos días luchó por su vida sin que Moreno Valle siquiera levantara una ceja. Y el periodista Javier Solórzano también mostró que la represión vino de quienes debieron cuidar el orden, los policías que desde hace lustros son los principales criminales con impunidad.

Hay más testimonios al respecto, muchos de ellos que se han ignorado, pero son relevantes, como el de Aurelio Fernández (director de La Jornada de Oriente, 22 de julio). Y algunos más señalan que vendrá juicio político contra el ahijado de Elba Esther por parte de legisladores priistas, no sólo por este asunto sino para evitar que crezca un abanderado panista al 2018: el atildado y engominado Moreno Valle.

Como bien anotó Darío Ramírez (Sin Embargo, 24 de julio), fluyó un río de dinero en medios locales y nacionales para modificar los hechos, previo un encuentro en la sede gubernamental de la angelópolis, el cual dio resultados inmediatos para satanizar a una persona, aunque todo se vino abajo porque Rafael tiene pocos amigos, muchos intereses en contra y es alguien impresentable. Ahora urge hacer justicia a Elia Tamayo y demás agredidos.

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