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Peor que en 1950

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Belo Horizonte, Brasil.-El peor de los días, peor aún de la derrota en 1950. Brasil perdió humillados por la contundencia Alemana robándoles el sueño de ser campeón en su propia tierra con catastrófica cifra de 7-1, lejos de cualquier pronóstico del más conocedor de fútbol.

Lo que se suponía de una semifinal vibrante entre dos selecciones que por historia son potencia, acabo en una goleada anecdótica para bien y mal en donde unos hablarán con alegría mientras que otros de amargura. El anfitrión sin Neymar y Thiago Silva ausentes por lesión y suspensión respectivamente, tuvieron el peor día de la historia para el fútbol de Brasil.

Aun que en los primeros minutos de juego los locales presionaban en medio campo de los Europeos, fue inútil su esfuerzo por que Thomas Muller les dio una cachetada al 10′ y enmudeció a la afición. A partir de ahí, todo ocurrió como una película de terror en donde Alemania era el villano, solo que en esta ocasión el antagonista pulverizó al protagonista del papel principal.

En 30 minutos Scolari ya tenía cinco problemas, Muller a los 10. Miroslav Klose al 23 y con nueva marca llegando a 16 goles en Copas del Mundo superando los 15 de Ronaldo. Tony Kroos convirtió un doblete en apenas un minuto, a los 25 y 26. Samy Khedira levantó la mano al 29.

Imperaba la incredulidad en ambas bancas, nadie podía creer uno de los episodios futbolísticos más «locos». Esos días en los que uno sale al campo con Dios de su lado cuando la miseria se aferra al otro hagas lo que hagas.

En la parte complementaria muchos podrían decir: qué se les puede instruir a unos jugadores que su Mundial se les fue en media hora, en casa y ante su gente. Low, entrenador de Alemania disfrutó el juego pero sabía que algo no estaba bien, no era un juego normal, la misma prensa ya buscaba el título para la nota.

Al 69 y 79 minutos André Schürrle, quien ingresó al segundo tiempo, se adjudicó con otro doblete, como si cinco goles no fueran suficiente dolor para Brasil. Oscar que su participación fue desapercibida anotó al 90 el del honor, el gol más desabrido que jamás meterá en su vida.

Mañana Argentina y Holanda buscarán su pase a la final para enfrentar a Alemania y el perdedor a Brasil por el tercer lugar.

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