plazoleta

Combatir los absolutismos.

José Antonio Figueroa Lee.

 

Para Alfonso L. Paliza. José María Figueroa Díaz. José Ángel Sánchez. Mario Montijo de la Rocha. Fermín Rosas. Heberto Sinagawa Montoya. Don Carlos Rodríguez Terrón. Jorge Luis Téllez Salazar. Humberto Millán Salazar. Eduardo Valdez Verde.

A un inmueble de lo que fue el famoso Barrio de los Ocho Cuartos, de aquel Culiacán al que ya cantaba su poesía, su himno Culichi Enrique Alonso El Negrumo, llegué en Julio a la mitad de la década de los 60. Eran los talleres de “Pulsaciones”. El periódico vespertino combativo de Alfonso L. Paliza. Lavando fierros, las máquinas y los tipos. Tiempos en que el periódico se armaba, letra por letra. Luego cambia a “Minutero” y años más tarde, esa empresa familiar, donde Alfonso Paliza hizo notar con valentía su vocación y pasiones, cierra.

Emigra con su valiosa pluma, al inicio de los 80 si mal no recuerdo, al Debate de Culiacán, que le abre sus puertas. José Ángel Sánchez, Director. Mario Montijo, Subdirector. Fermín Rosas, Jefe de Información. Me lleva con él, así nace plazoleta, en aquellos ayeres. A los años, con el cambio de Director y subdirector en esta relevante empresa, El Sol de Sinaloa nos recibe con su hospitalidad.

Tiempo después, disfrutamos también la confianza de Don Heberto Sinagawa Montoya, de Don Carlos Rodríguez Terrón, Jorge Luis Téllez Salazar y hasta hoy de Eduardo Valdez Verde. Con Humberto Millán Salazar, inmolación infame inútil, en A Discusión, tuvimos también la fortuna de compartir, inspiración y amistad.

En el periodismo. En el ejercicio de la libertad de prensa e imprenta. En la práctica de la libertad de expresión, cada uno en su tiempo, cada uno en su circunstancia, supieron y han sabido esculpir, la dimensión de su calidad humana. La extensión y longitud, de su talento y valía profesional, está ahí, en la obra de cada una de ellos, construida con respeto y jerarquía.

Ciertamente algunos no han sido santos, pero es indudable que dieron a las letras de la expresión escrita en Sinaloa, el mismo valor de lo sagrado. Todos ellos dentro del periodismo, como otros grandes de la Pluma como Gustavo D. Cañedo, Antonio Pineda y Don Jorge Medina León, han hecho historia e hicieron posible un legado indiscutible, de independencia de criterio. En ocasiones esta osadía y odisea, se paga con el descredito, la cárcel o la vida.

La libertad de prensa, es un derecho humano esencial para los mexicanos. En el tema, vivimos una verdadera tragedia. Destino y rumbo de este país, depende del destino y rumbo de la libertad de expresión y prensa. En ella, en la libertad de expresión y en el derecho a la información, tenemos las valiosas herramientas jurídicas para encauzar, el adecuado devenir democrático.

La creación del 7 de junio como conmemoración de la Libertad de Prensa, de acuerdo con Rafael Rodríguez Castañeda en su obra sobre la Prensa publicada por Grijalbo, tiene un precedente paradigmático, “Gracias Señor Presidente”, en 1951. En tan singular ocasión rindieron por vez primera insólito homenaje al entonces presidente Miguel Alemán Valdez, en agradecimiento por hacer posible el ejercicio de la libertad de prensa. 128 directores y gerentes de diarios y revistas de la capital y de los estados, asistieron. Al repetir al año siguiente el festejo, 1952, queda oficialmente instituido.

Desde entonces, esos actos de civismo cortés de la prensa en su conjunto, se dan con frecuencia. Sin embargo, la fidelidad de la alta misión como heraldo de la voz del pueblo, sobre todo de los afectados por el poder, es innegable. En cada pluma, en cada periodista, está la oportunidad de ejercer la libertad, que le distinguirá como hombre y como profesional.

No hace mucho el Presidente Enrique Peña Nieto en un acto expresó: “La poesía fue la vocación profunda de Octavio Paz, mientras que el ensayo, fue el arma que utilizó para combatir los absolutismos”. El periodista, es el ensayista diario, que mantiene vivo el derecho fundamental de todo mexicano, a pensar libremente y expresar sus ideas. Aunque en ello, se pierda la vida.

 

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