plazoleta

Profundo Silencio.

José Antonio Figueroa Lee.

Tal como me llega directo de Amnistía Internacional, a mi correo, lo pongo. Comunicado. Mayo 22, 2014. 6.26 am. Amnistía Internacional condena el asesinato de Sandra Hernández que tuvo lugar el pasado 12 de mayo en la ciudad de Culiacán, en el estado de Sinaloa. Sandra Hernández fue baleada en la vía pública cuando iba en camino a una cita con una persona quien presuntamente tenía información sobre la desaparición de su hijo.

La organización considera positiva la detención de una persona presuntamente implicada en su homicidio. Sin embargo, es esencial asegurar una investigación imparcial, pronta y exhaustiva para esclarecer los hechos sin recurrir a las violaciones de derechos humanos.

Amnistía Internacional considera también positivo el compromiso anunciado por el gobernador del estado de asegurar que el asesinato de Sandra Hernández no quede impune, pero reitera que es esencial que las autoridades realicen una investigación de la más alta calidad, con pruebas sólidas y sin depender de la supuesta confesión del implicado.

Según fuentes periodísticas, las autoridades estatales han informado que la persona detenida ha confesado ser el autor material del crimen y que lo ha cometido debido a un problema personal con la víctima. Este anuncio sugiere más preguntas que respuestas.

Amnistía Internacional ha documentado en otras ocasiones el uso de confesiones obtenidas mediante coacción con el objetivo de poder presentar prontamente ante la opinión pública a presuntos culpables de casos que generan mucha indignación social. Al mismo tiempo, estas “confesiones” suelen quitarle a los crímenes en cuestión toda connotación política. Es imprescindible que este patrón no se repita.

Las autoridades deben demostrar la credibilidad de su investigación, incluyendo el móvil del homicidio, y procesar a todos los responsables respetando sus derechos humanos. Amnistía Internacional considera fundamental que durante las investigaciones no se descarte la posible relación entre el crimen y los esfuerzos de Sandra Hernández de encontrar a su hijo desaparecido, Edgar Guadalupe García.

Amnistía Internacional también insiste en que las autoridades esclarezcan la desaparición de Edgar García, ocurrida a manos de desconocidos el 12 de febrero de 2012. Sandra Hernández era quien mantenía viva la búsqueda de su hijo desde entonces, sin que las autoridades realizaran una investigación efectiva. La defensora de derechos humanos también colaboraba con otros familiares de personas desaparecidas, junto con el Comité de Defensa de los Derechos Humanos de Sinaloa, para lograr la tipificación de la desaparición forzada en el código penal del estado.

Al parecer, poco antes de su asesinato, Sandra Hernández había obtenido información sobre los posibles responsables de la desaparición de su hijo. Es esencial que la investigación indague todo este contexto, incluyendo los otros esfuerzos de Sandra Hernández para encontrar a su hijo e identificar a los perpetradores de la desaparición de su hijo para que fueran llevados ante la justicia.

El asesinato de Sandra Hernández muestra otra vez los peligros que enfrentan los familiares de las miles de personas desaparecidas en México. Frecuentemente están obligados a asumir un papel central en la investigación del destino o paradero de sus seres queridos frente la omisión, complicidad o falta de capacidad de las autoridades.

Este trágico asesinato debe ser un catalizador para que los gobiernos estatales y el federal tomen en serio este problema e implementen medidas eficaces para prevenir, investigar y sancionar la desaparición de personas, independiente de que los presuntos responsables sean funcionarios públicos o particulares. Hasta aquí, la reproducción literal del comunicado que llegó a plazoletafila@hotmail.com, directo desde las oficinas de amnistía Internacional.

Mientras nuestra calidad de estado y gobierno se mantiene con destacada presencia en las marquesinas internacionales, se atiende con la misma tintura envejecida de la violencia, como si no estuviéramos fatigados de tanta que nos aqueja, el asunto distractor de los pepenadores, con la superlativa presión moral y política de huelga de Hambre, en el Palacio Municipal.

La escasa inteligencia en los asuntos públicos, ofende. Pero es evidente que un ejercicio público así, aunque se invoque la ley, carece de fundamentos honestos. Salmo 91:8. “Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos”. Profundo Silencio.

 

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