Comentario

De lo mejor

Jorge Meléndez Preciado

El fallecimiento de Gabriel García Márquez hizo aflorar el cariño y el odio a uno de los escritores más grandes que haya dado el planeta. Unos pocos sacaron sus nexos con varios poderes (el cubano, el mexicano, incluso el estadounidense) sin explicárselo convenientemente y satanizando a una figura periodística y literaria invaluable. Muchos hablaron de la cercanía con el autor de Noticias de un secuestro y otros, miles, dieron a conocer sus entrevistas y relatos con dicho personaje. Hay por cierto, un diálogo en la televisión chilena entre Pablo Neruda y García Márquez que no conocíamos (La Silla Rota, 21 de abril) y una recuento con algunos que lo criticaron y hasta golpearon (Animal Político, ídem); en este último caso se encuentra Vargas Llosa, quien no obstante escribir un elogio a la literatura de Gabriel en Historia de un decidió, le dio un puñetazo en México que le dejó a éste el ojo morado por algún tiempo (algunos presentes dicen que fue un pleito por mujeres). En fin, que como la mayoría ha señalado, lo importante es su obra, sus enseñanzas periodísticas, la importancia de sus guiones cinematográficos, la bonhomía que lo caracterizaba. En México la Universidad Veracruzana le publicó una de sus primeras obras: Los funerales de la Mamá Grande. En la revista Sucesos para Todos colaboró con personajes como Nikito Nipongo. Estuvo atento a cualquier asunto social cuando nuestra América era un continente lleno de dictadores apoyados por los Estados Unidos. Este boticario lo entrevistó en 1975 para el periódico y la revista del PCM: Oposición y Socialismo, respectivamente. Hablamos de política y literatura pero acerca de México dijo: “yo estoy muy vinculado a México…es muy curioso pero todos los días de mi vida, en estos últimos años, siempre he tenido una gran nostalgia por México. Tengo mis cuates… En esa época la pase putas aquí”. Y acá falleció para demostrar que era verdad lo que dijo. Colombiano- Mexicano que se elevó al cielo literario.

El gran Carballo

No acababan las lágrimas y los festejos al nacido en Aracataca, cuando nos anunciaron la muerte de Emmanuel Carballo. El inmenso crítico literario, seguramente el mejor del siglo XX en este terreno, nos abandonó regresando de un viaje de descanso, él que fue un trabajador infatigable. Sabía que su tarea de poner el dedo en la llaga o hasta en la tontería no era muy apreciada, más bien se le satanizaba por varias cuestiones, entre ellas evitar que descubriéramos los graves yerros de muchos escritos que se pretendían majestuosos y, sobre todo, posibilitar que los jóvenes tomaran la estafeta de una literatura que era complaciente, añeja y fuera de tono. Carballo se la jugó lo mismo como editor de Diógenes y Empresas Editoriales, en las cuales empezaron a destacar una serie de personajes con alguna trayectoria que mostraron su potencial o arriesgarse con aquellos que no tenían donde hacer sus pinitos. Emmanuel también se aventuró sin duda en algunas tareas, por ejemplo, llegó dirigir Difusión Cultural en la UAP, durante los rectorados de los comunistas Sergio Flores y Luis Rivera Terrazas (1973-1975), sentando las bases y formando los cuadros para que dicha institución sea un de las más importantes en ese terreno. Junto con el heterodoxo Huberto Batis, condujo una serie en Radio Universidad titulada “Crítica de las Artes, sección literatura”, que debería rescatarse para entender bien cómo analizar dicha especialidad, de qué manera situar a los escritores, cómo tratar a los pavorreales que únicamente viven de su publicidad y de la fama de los medios que se venden al mejor postor y son oficialistas.

Maestra

El premio Cervantes, llamado quien sabe por qué, el Nobel de las letras españolas, fue entregado este año a Elena Poniatowska. Muchos que la hemos leído y la seguimos en su incansable tarea periodística, estamos de acuerdo; algunos malquerientes nuevamente la criticaran y sacaran fotos de ella con algún presidente mexicano. No hay que olvidar que si bien entró a Televisa, la censuraron por decir verdades que enojaron a la empresa que maneja la tele.; también que ha defendido a los periodistas siempre, incluso lo hizo en España para mostrar que la situación de los reporteros acá es realmente de sangre, sudor y lágrimas, no únicamente debido a los poderes criminales y políticos, sino incluso a los empresariales que ahorcan cada vez más a los tundemáquinas. Esta sencilla mujer con su sonrisa permanente, sus palabras cuidadas, su voz no muy potente ha mostrado que el trabajo logra transformaciones únicas.

Uno

Gabriel García Márquez y Emmanuel Carballo no se van, quedan sus obras magníficas en muchos terrenos. Nos dejan un reto: tratar de reconstruir muchas de sus tareas que pueden extinguirse, como en otros casos notables, si no hay instituciones que pongan atención en lo que hicieron. A fin de cuentas los homenajes pasan, lo que importa es dar atención a lo que puede extinguirse por falta de iniciativas y presupuesto. Y ya sabemos que este último se usa más para burocracias inútiles que para la recuperación de la memoria, tan necesaria en estos tiempos volátiles.

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@jamelendez44

 

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