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Legisladores y gobernadores.

Moisés Sánchez Limón

De los aspirantes a gobernador, su paso por la Cámara de Diputados y el Senado de la República ha sido una especie de condición para hacer currículum y placearse; hay quienes consideran que ser senador da más pedigrí político para buscar la gubernatura y luego la Presidencia del país.

Pero, ¿les ha servido la experiencia legislativa? Para la mayoría ha sido sólo un procedimiento curricular, sus gobiernos han dado tumbos en un evidente conflicto de intereses partidistas que los aleja de la concertación y los acuerdos, ubicándolos más en la práctica de la cooptación y los arreglos bajo cuerda, contubernios y corrupción. La impunidad.

Hay quienes tempranamente creen que el puesto de gobernador, es parte de la ruta a la candidatura a la Presidencia de la República. En ese ánimo pierden de vista su compromiso como gobernantes. Los ejemplos más claros están en los casos de los gobernadores de Chiapas, Puebla, Oaxaca y Nuevo León.

Manuel Velasco Coello, decíamos en la entrega anterior, ha sucumbido a la corte de aduladores del Partido Verde Ecologista de México, quienes lo convencieron de que tiene tamaño y futuro para ser Presidente. Y en ese ánimo se gasta tiempo y fondos públicos; incluso, como citábamos, hasta los diputados federales pevemistas le prestaron más de 400 millones de pesos para cubrir faltantes de su reciente periplo nacional promoviendo su primer informe de gobierno.

El otro caso es Gabino Cué Monteagudo. Era senador cuando lo arropó el bloque PRD-PAN para impulsar su candidatura al gobierno de Oaxaca; sus orígenes políticos lo ubican en el PRI, al que renunció cuando no obtuvo la candidatura a la alcaldía de la capital oaxaqueña, que ganó con las siglas de Convergencia.

Las aspiraciones presidenciales de Gabino, empero, han quedado en el archivo toda vez que su imagen de gobernador tiene aristas de incompetencia y evidencias de sectarismo partidista e intereses poco claros que tienen a Oaxaca en condiciones deplorables. ¿Quién apoyaría a un candidato presidencial como Gabino?

Con Rafael Moreno Valle Rosas, de origen priista, ocurrió un arropamiento similar partidista al de Gabino Cué, al que se sumó sustancialmente el Partido Nueva Alianza. En realidad fue el madrinazgo de la maestra Elba Esther Gordillo Morales el que hizo posible que el ex priista llegara al gobierno de Puebla, porque llegó al Senado como panista y, al concluir su gestión en 2010, se proyectó para la candidatura a la gubernatura.

Hoy, Moreno Valle Rosas cree contar con la simpatía presidencial; además, desde que rindió protesta como gobernador, su cohorte de aduladores le ha convencido de que tiene todas las posibilidades de ganar la candidatura del PAN a la Presidencia de México y, por supuesto, cruzarse la banda tricolor el 1 de diciembre de 2018.

Sin embargo, los muertos que guarda en el clóset y la corrupción bajo la alfombra, que arrastra desde sus tiempos de secretario de Finanzas en el gobierno de Melquiades Morales, no son garantía de pulcritud curricular para llegar a la Presidencia. Lo mejor para Rafael, es concluir su gestión como virrey de Puebla que tiene en un puño a alcaldes, diputados locales y federales, amén de algunos senadores que no se atreven a criticarlo ni en sueños. ¿Candidato presidencial?

Otro senador, éste priista, Carlos Lozano de la Torre, gobernador de Aguascalientes una vez que solicitó renuncia a su escaño en el Senado, al que llega tras haber sido derrotado como candidato a la alcaldía de la capital hidrocálida; incluso, en la administración de Ricardo Monreal Ávila, en Zacatecas, se había desempeñado como secretario de Desarrollo Económico, cargo que ocupó con tres gobernadores de Aguascalientes: José Refugio Esparza Reyes, Rodolfo Landeros Gallegos y Otto Granados Roldán.

¿Tiene futuro Carlos Lozano? Cuentan que ha caído de las simpatías de la casa presidencial y del propio partido. ¿Por qué? Bueno, aseguran que los lentes oscuros los usa no por una enfermedad oftálmica. Su adoración al Dios Baco, como ocurre con su contraparte de Guerrero, el ex priista y ahora perredista de pedigrí, Ángel Heladio Aguirre Rivero, es su talón de Aquiles.

Y Rodrigo Medina de la Cruz, de fugaz paso por la Cámara de Diputados en la LX Legislatura federal, por el momento ha dejado de promoverse como presidenciable, porque el estado se le estaba deshaciendo. ¿Qué hará después de octubre de 2015 cuando entregue el cargo? ¿Campaña? ¿Cómo y con qué?

Ser diputado federal y senador viste, da currículum, pero no es garantía de formar buenos gobernantes ni mejores administradores o funcionarios públicos. Miguel Ángel Osorio Chong fue efímero diputado federal mas no un excelente gobernador de Hidalgo; como secretario de Gobernación, tiene calificación variopinta. Tal vez le reelección de legisladores posibilite formar mejores políticos y servidores públicos. Aunque la mala fama no se quita de una legislatura a otra; dura toda la vida. Conste.

LUNES.- A la diputada federal panista Mariana Dunyaska García Rojas, le restaron méritos en el impulso que dio a preparativos de los festejos por el Centenario de la Defensa del Puerto de Veracruz, como la emisión de la moneda conmemorativa. El PRI le ganó los honores en aquella entidad, con apoyo del góber Javier Duarte de Ochoa. ¿Misóginos o cuestión electoral adelantada? Digo.

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