San Politikón

Bajo sospecha

Por Juan Manuel Pineda

En medio de una serie de trascendidos, los más relacionados con el beneficio personal mediante la obra pública, se fue Aarón Rivas Loaiza de la alcaldía de Culiacán..

Los que forman parte de su círculo cercano lo describen por su proclividad – una especie de obsesión-  al dinero: “lo que le interesa es el billete”.

El servicio público operado desde el interés privado es, sin duda, una  vía cada vez más distintiva, lamentablemente, de gobernantes y funcionarios para acceder a verdaderas fortunas.

Hay muchas formas del camuflaje y del blindaje para hacer aparecer derecho lo que está retorcido, de hacer legal lo ilegal.

Su paso por el Desarrollo Urbano Tres Ríos, “descobijado” por el huracán “Manuel” es, apenas, un ejemplo mínimo de la magnitud de los trascendidos en relación al ahora exalcalde de Culiacán quien, por cierto, está clasificado en las áreas de seguridad pública como un “político millonario”.

Los trascendidos sobre la forma en que el servicio público, operado con interés privado, permite vía libre a grandes fortunas, cobran veracidad si revisamos cómo, en la víspera de su arribo a la presidencia municipal de Culiacán, se “licitó” la construcción del laboratorio de la JAPAC, pero sobre todo quién la “ganó”.

Se fue, sí, pero dejó dos alfiles que le cubrirán la espalda a ultranza desde las principales áreas donde se maneja la inversión municipal en materia de obras públicas.

(Alfiles que, por cierto, tienen su propia historia en estos menesteres y que, en su momento, voltearán, angustiados, para ver quién cierra la puerta).

¿Es casual que con mucho tiempo se “socializara” el nombramiento Rivas Loaizacomo titular de la secretaría de obras públicas del gabinete estatal, cuyo titular lo nombrará “la revelación política”?

 ¿O simplemente lo pondrá “donde hay”…porque, al final de cuentas, es sólo un eslabón de la cadena?

 

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