Microscopio Social

Inversión en Ciencia, Tecnología e Innovación.

Por Héctor Melesio Cuén Ojeda

 

Nuestro país y Sinaloa requieren, respectivamente, destinen el 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) o del Producto Estatal Bruto (PEB) a la inversión en ciencia y tecnología para ponerse a la par con los países que son competitivos y desarrollados, a partir de la formación y fortalecimiento de capital humano de alto nivel.

 

Al cierre del año 2013, la inversión destinada a investigación y desarrollo experimental en México, se estimó en tan sólo el 0.51 por ciento del PIB, según declaración hecha a la prensa por el Dr. Enrique Cebreros Mendoza, Director General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el día 7 de julio del 2014.

 

En ella dijo además que “Todavía la composición de esta inversión es muy sesgada porque un gran peso cae en el gobierno con la inversión pública federal. Necesitamos (dijo) que la inversión privada crezca en los próximos años”, argumentando que el 68 por ciento de los recursos que se invierten en Ciencia y Tecnología provienen del gobierno federal. Lo que significa que el resto (sólo 32%), tiene su fuente de inversión en la iniciativa privada.

 

Aquí en Sinaloa la inversión en el rubro de Ciencia y Tecnología es sumamente precaria, ya que el presupuesto destinado en la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egreso para el Ejercicio Fiscal 2014, es sólo del 0.05% con respecto al Producto Estatal Bruto (PEB) de 2013, por lo que andamos diez veces debajo del destinado a investigación y desarrollo experimental con respecto al plano nacional.

 

Para mejorar esa situación, resulta indispensable el concurso de los sectores público, privado y social, y el diseño e instrumentación de una política pública de Estado en la materia, puesto que a Sinaloa le urge y requiere ser más competitivo en todos los órdenes y dimensiones.

 

Requiere también incentivar, con mayor intensidad, al recurso humano dedicado a la investigación e innovación experimental; de contar con una economía del conocimiento, basada en mano de obra educada y calificada, con un sistema de innovación que posea una infraestructura de información adecuada, de contar con un régimen económico e institucional conductor del conocimiento bien consolidado, con el propósito de ser verdaderamente competitivos, a partir precisamente del desarrollo científico, tecnológico y la innovación, como pilares del progreso económico y social sostenible.

 

Esos derroteros exigen mejorar sustancialmente la inversión en el rubro de la investigación científica, tecnológica y de innovación, sobre todo orientados en el aspecto experimental, vinculado con los sectores económicos y sociales, que se concreten en una mejor calidad de vida de la población sinaloense, y todo lo que ello implica en el contexto de la planeación estratégica del desarrollo integral y democrático para Sinaloa.

 

Sin ello no será posible revertir con solidez los rezagos que nos revelan los distintos indicadores socioeconómicos, sobre todo en lo que se refiere a la situación de pobreza, desempleo, marginación, educación, salud, infraestructura, entre otros; los cuales en los hechos se traducen en la falta de desarrollo concreto de los derechos humanos, no obstante de que estos son la razón de ser de todas las instituciones públicas y sociales de lo que se llama Estado Constitucional y Democrático de Derecho del que hemos hablado en otras ocasiones.

 

Hemos dicho y hoy lo reiteramos, que en este caben armónicamente todos los sectores que lo configuran, por lo que requerimos arribar a él por todos los medios disponibles, y uno de ellos lo constituye el mejoramiento sustancial en ciencia, tecnología e innovación, para lo cual exige lógicamente que se destine gradualmente el porcentaje ideal que recomienda las Naciones Unidas en este rubro, como es el 1 por ciento del PIB, el cual a nivel local, se le denomina Producto Estatal Bruto (PEB). De ahí que el Grupo Parlamentario del Partido Sinaloense (PAS), preocupado y ocupado en temas de fondo que atañen a los distintos sectores sociales, congruentes en su quehacer y responsabilidad legislativa, se dio a la terea de formular y presentar recientemente una iniciativa de adición a la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación del Estado de Sinaloa, con el único objeto de establecer gradualmente en cinco años, ese 1% para constituir el Fondo Estatal de Apoyo a ese rubro tan trascendente para nuestra Entidad, con el fin de que esta sea más competitiva en términos deseables y posibles. Así es como el PAS cumple en los hechos su compromiso asumido con todos los sinaloenses y sus sectores. Para ello trabaja los 365 días del año. Lo seguirá haciendo siempre, no sólo en momentos electorales.

 

Únicamente nos queda campo para desearles a todos ustedes, amigos lectores, compañía de su apreciable familia, ¡que se la pasen de lo mejor!

 

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